En 1953 Jacques Lacan escribe, a pedido de Henri Ey, un artículo para la Enciclopedia que interroga los fundamentos científicos de la cura psicoanalítica.

Al publicarse, dos años después, abrió la cuestión de las desviaciones en la teoría y en la clínica, a contrapelo de las intenciones de quien había encomendado el texto.

Se trata de un escrito clave, donde Lacan contextualiza el psicoanálisis en su tiempo con rasgos que, según dónde nos plantemos, también podemos identificar en el presente.

· ¿Cómo situamos la posibilidad de los desvíos?

· ¿Qué es una cura-tipo?

· ¿Cuáles son sus variantes?

Alrededor de estas preguntas, nos dice:

El psicoanálisis no es una terapéutica como las demás. Pues la rúbrica de las variantes no quiere decir ni la adaptación de la cura, sobre la base de criterios empíricos ni, digámoslo, clínicos, a la variedad de los casos, ni la referencia a las variables en que se diferencia el campo del psicoanálisis, sino una preocupación puntillosa llegado el caso, de pureza en los medios y los fines que deja presagiar un estatuto de mejor ley que la etiqueta aquí presentada.

El psicoanálisis merece un estatuto mejor que el terapéutico. Esta preocupación por los medios y los fines nos permite decir que el psicoanálisis se distingue de las psicoterapias por “un rigor en cierto modo ético, fuera del cual toda cura, incluso atiborrada de conocimientos psicoanalíticos, no sería sino una psicoterapia”.

Se trata de una referencia a la ética, que hace que el psicoanálisis no sea una terapéutica como las demás.

¿Cuáles serían los criterios adecuados para hablar de curación? ¿Hay en verdad una cura tipo y variaciones de ella? ¿Qué es un psicoanálisis sino la cura se espera de un psicoanalista? Y entonces, ¿qué es un psicoanalista? ¿Cómo adviene la cura?

Recorramos juntos el texto para ubicar estos conceptos.

Inscribirme para participar de la lectura

Clases